Entrevista al Pulpo Paul

Injustamente despreciado por sus cuidadores alemanes, que pasaron de la admiración a ignorarlo olímpicamente, y apabullado por sus asesores de imagen, que le refregaron en la cara que la paraguaya Larissa Riquelme ya tiene casi 300 mil fans en Facebook, el pobre pulpo Paul pasó un día para el olvido. Ni siquiera fue consuelo que el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero manifestara públicamente la preocupación por su suerte.

La salvación llegó en la cálida madrugada teutona, cuando un enviado oculto de Mundo D burló los controles del acuario de Oberhausen y mantuvo un mano a mano (en notoria desventaja, porque terminó con -6) con un personaje que adquirió más fama que las mismísimas vuvuzelas sudafricanas. Acompañado por su traductor nato del río Paraná, conocido como el "Surubí Políglota", el entrevistador se arrimó a la pecera de Paul.

Idolatrado por los alemanes hasta la derrota frente a España, el pulpo sorprendió con su predilección por el fútbol albiceleste e incluso exhibió sus conocimientos de la cultura argentina.

“No hubo ni habrá como la vieja y querida pelota Pulpo de goma. ¿Cuántas generaciones crecieron dándole a la Pulpo en el recreo? La Jabulani no existe”, arranca Paul, ex aficionado a los “picados” marinos. “En las inferiores me destacaba por manejar los ocho perfiles: le pegaba con cualquiera. Pero en una pretemporada venía contracturado y me comí un amague: me tomó a contrapié y terminé hecho un nudo. Ahí se acabó mi carrera”, confiesta el molusco.

–¿Conoce algo del fútbol argentino?

–Sí, me encanta. Yo tuve dos ídolos: “el Pulpo” Scalise, que jugó con el cordobés Ardiles, y “el Pulpo” González, que es de una camada posterior. En su momento pintaba bien “el Pescadito” Paz, pero no llegó a gran cosa. También rescato la fuerza de un guerrero como “el Tiburón” Serrizuela, que jugó en Italia ’90.

–¿Es simpatizante de algún equipo argentino?

–Por herencia familiar me hice hincha de Platense. Somos todos calamares. Me acuerdo cuando Passarella lo puso a Espina como capitán.

–Si le pido una jugada inolvidable. ¿Elegiría alguna?

–“El Alacrán”, de Higuita.

Un pulpo de Mundo


Lejos de ser un autómata de las apuestas, Paul exhibe conocimientos en diversas áreas. Gastronomía, cine, música y política no le son ajenas.

“Me vuelvo loco con la pulpa de frutilla. Es mi perdición. A mí no me des saladitos ni sanguchitos … Dame postre con pulpa y me muero”, confiesa.

–¿Le gusta el cine?

–Mi favorita es Pulp Fiction, aunque reconozco que Tiburón y Nemo también marcaron época.

–¿Se interesa por la política?

–Admiro mucho a Lula, que en portugués quiere decir calamar.

–¿Tiene un cantante favorito?

–Calamaro. Un grosso.

–¿Hay otras expresiones artísticas argentinas que le interesen?

–Siempre me deslumbraron las pulperías de Molina Campos. Un genio.

–Lo cambio de escenario. ¿Existe la mujer ideal?

–Las pulposas… Qué linda que está la paraguayita Riquelme, ¿no?

–La fama tiende a generar omnipotencia ¿Le teme a algo?

–Tengo pesadillas recurrentes: sueño que termino hecho pulpo a la Gallega. Por eso el domingo estoy con Holanda a muerte. No vaya a ser que el festejo termine en tragedia.

–¿Un vicio?

-Las Apuestas.


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FUENTE : Taringa!